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"Fue culpa de la cama, que era demasiado pequeña para albergar todos sus sueños. Por eso ella se despertó, por un golpe en mitad de la noche, y no sintió su cuerpo a su lado, solo la tibieza de los sueños que habían quedado pegados a las sábanas. Lo llamó. Él contestó desde el suelo. El corazón de ella dejó de galopar. Él volvió a su lado lánguidamente, con movimientos de gato recién despertado".
-Foto y texto procedente de:
http://titaniadenoche.blogspot.com
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