Para el escritor argentino
Marcelo Figueras en las novelas negras clásicas el crimen era una anomalía, un
cuerpo extraño dentro de la sociedad que la policía o el detective de turno
localiza y soluciona para que los buenos ciudadanos puedan volver a dormir
tranquilos. El delito presentado como un virus externo al que se combate con
antibióticos para que el organismo siga funcionando a la perfección. ¿Pero qué
pasa cuando la sociedad es la criminal?: “Si a diario no estafa, abusa, viola y
mata, este sistema no funciona. Si no crea o prolonga guerras artificialmente,
este sistema no funciona. Si no asesina por codicia —escatimando o adulterando
medicinas y alimentos, jodiendo al mundo mediante minería ilegal, contaminación
o fumigando con veneno—, este sistema no funciona.”.
Y va más allá: “Ya no
podemos alegar que vivimos en un sistema infectado por la corrupción: la
corrupción, más bien, es el sistema. Aquí la democracia es una cáscara vacía,
la economía es el nombre del expolio, la prensa se dedica a desinformar y
difamar, el Poder Judicial trabaja para los ricos y lo que mantiene la calesita
en movimiento es la violencia”.
-Citado por Carlos
Augusto Casas
------------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario