“Es evidente que la
cárcel no es un spa y que cualquier recluso debe de sentirse amenazado en ese
entorno. Así las cosas hay que suponer que la decisión de Prisiones de
mantenerle en Brieva responde a otros condicionamientos ajenos, tal que el
deseo de la Real familia de no mezclarse con el populacho en locutorios en sus
visitas mensuales y alejar a sus miembros de esos olores a humanidad
reconcentrada, cuando no a mierda, que tan mal sientan a las pituitarias
borbónicas. Los responsables de esta situación, que equivale a una condena
adicional, son, por tanto, su monárquica familia y la Administración que lo
permite”.
-Juan Carlos Escudier
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