miércoles, 18 de septiembre de 2019

TÓ PA MÍ



“Es evidente que la cárcel no es un spa y que cualquier recluso debe de sentirse amenazado en ese entorno. Así las cosas hay que suponer que la decisión de Prisiones de mantenerle en Brieva responde a otros condicionamientos ajenos, tal que el deseo de la Real familia de no mezclarse con el populacho en locutorios en sus visitas mensuales y alejar a sus miembros de esos olores a humanidad reconcentrada, cuando no a mierda, que tan mal sientan a las pituitarias borbónicas. Los responsables de esta situación, que equivale a una condena adicional, son, por tanto, su monárquica familia y la Administración que lo permite”.


-Juan Carlos Escudier






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