Lisas columnas de Eros
sitian del hombre la cara.
El rociado templo exacerbado,
abierto en vertical lo contempla,
y acercándose con lentitudes planetarias,
posa majestuosamente la fertil guarida
sobre la deshuesada y ciega peregrina,
que penetra curiosona en la covacha
-negro sobre rosa y fragante humedad-
anticipando la gozosa dura entrada,
que de sosiego blanco inundará la entraña.
- S.P.
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3 comentarios:
Ayyyy! Qué rico!
Besos mi Salva.
Do you remenber...?
Of yours
S.
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Of course!
😈
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