El Taijí responderá
siempre y desde su nacimiento a la definición de Arte Marcial. Pero esta
disciplina tiene en su interior numerosas facetas que pueden utilizarse para
mejorar la propia calidad de vida, sin llegar a entregarnos exclusivamente
en la vertiente de la autodefensa. Un ejemplo de ello sería tomar la
interpretación de las diversas tablas de movimientos -llamadas “Formas”- como
eje de un proceso dinámico que nos lleve a una conciencia corporal superior,
muy alejada de los logros de cualquier otra actividad física. Este es el punto
de partida de un enriquecedor viaje interior para el que “sólo” se necesita
paciencia, humildad y ropa cómoda.
-S.P.
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