Cuando pensábamos que
a esta mujer le iba más la carnicería o el desguace de barcos, la presidenta
andaluza, Susana Díaz, se ofrecía este jueves a coser la unidad en el PSOE con
unos pespuntes de urgencia. Díaz es muy Penélope y, dependiendo de si es de día
o de noche, teje y desteje como una tricotosa. No hay compostura con la que no
se atreva la retoucherie de Susana, que primero te abre en canal y luego te
hilvana al descuido. Clavando agujas nunca ha tenido rival.
Tras hacerle otro
traje a Pedro Sánchez, que a cuenta de esta costurera prodigiosa tiene un fondo
de armario envidiable, Díaz se apareció a los descartados para encender un
candil y mostrarles el camino. En la religión de la sultana, que parece sacada
de la Biblia, ella es el camino, la luz del mundo, la buena pastora, la
resurrección y la vida y, por supuesto, la vid verdadera, que no podía faltar
estando a los pies de una rociera de pura cepa.
-Juan Carlos Escudier (artículo
completo aquí )
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