lunes, 23 de junio de 2014

SIN HABER QUERIDO


Primero te olvidé en tu voz.
Si ahora hablases aquí,
a mi lado,
preguntaría yo: ¿Quién es?
Luego, se me olvidó de ti tu paso.
Si una sombra se esquiva
entre el viento, de carne,
ya no sé si eres tú.
Te deshojaste toda lentamente,
delante de un invierno: la sonrisa,
la mirada, el color del traje,
el número de los zapatos.
Te deshojaste aún más:
se te cayó tu carne, tu cuerpo.
Y me quedó tu nombre, siete letras, de ti.
Y tú viviendo,
desesperadamente agonizante,
en ellas, con alma y cuerpo.
Tu esqueleto, sus trazos,
tu voz, tu risa, siete letras, ellas.
Y decirlas tu solo cuerpo ya.
Se me olvidó tu nombre.
Las siete letras andan desatadas;
no se conocen.
Pasan anuncios en tranvías; letras
se encienden en colores a la noche,
van en sobres diciendo
otros nombres.
Por allí andarás tú,
disuelta ya, deshecha e imposible.
Andarás tú, tu nombre, que eras tú,
ascendida
hasta unos cielos tontos,
en una gloria abstracta de alfabeto.


-Pedro Salinas




(Foto de Gilles Berquet)

--------------------------------------------

No hay comentarios: