No es solo el avance tecnológico lo que marcó el inicio de este milenio. Las relaciones afectivas también están pasando por profundas transformaciones y revolucionando el concepto de amor.
Lo que se busca hoy es una relación compatible con los tiempos modernos, en la que exista individualidad, respeto, alegría y placer por estar juntos y no una relación de dependencia, en la que uno responsabiliza al otro de su bienestar. La idea de que una persona sea el remedio para nuestra felicidad, que nació con el romanticismo, está llamada a desaparecer en este inicio de siglo.
El amor romántico tiene como premisa que somos una parte y necesitamos encontrar nuestra otra mitad para sentirnos completos.
Incluso, con demasiada frecuencia, tiene lugar un proceso de despersonalización que, históricamente, ha alcanzado más a la mujer. Ella abandona sus características, para amalgamarse al proyecto masculino. La teoría de la unión entre opuestos también viene de esta raíz: El otro tiene que saber lo que yo no sé. Si soy mansa él debe ser agresivo, si soy descuidado ella deberá ser limpia, y así todo lo demás. Una idea práctica de supervivencia y poco romántica.
La palabra actualizada para este siglo es asociación.
Estamos cambiando el amor de necesidad, por el amor de deseo. Me gusta y deseo la compañía, pero no la necesito, lo que es muy diferente.
Con el avance tecnológico, que exige más tiempo individual, las personas están perdiendo el miedo a estar solas, y aprendiendo a vivir mejor consigo mismas. Ellas y ellos están comenzando a darse cuenta que se sienten parte, pero son enteras.
El otro, con el cual se establece un vínculo, también se siente una parte. No es el príncipe o el salvador de ninguna cosa, es solamente un compañero de viaje. El hombre es un animal que va cambiando el mundo, y después tiene que irse reciclando para adaptarse al mundo que fabricó.
(En la imagen Shiva y Parvati)
----------------------------------
2 comentarios:
Profe, te felicito!
Amigas mías, que se complican en sus relaciones con necedades infantiles (celos, inseguridades, discusiones absurdas,etc,)van a tener que leer este sabio compendio de inteligencia emocional. Aplicarlo...eso ya será harina de otro costal. Sómos tan estúpidos! Ojalá este nuevo milenio, con sus profundos cambios sociales, aporte algo de sensatez al ser humano.
Saludos gestálticos.
S.
Je, je... me alegro mucho de que guste. Se lo debemos a Manuela.
Dices que es de complicada aplicación; bueno, el viaje adquiere otro sentido si sabemos hacia donde vamos. Esto es una propuesta a desarrollar, no una operación matemática. Un sitio hacia donde poner proa en un mar proceloso.
O algo así...
Gracias por el comentario.
Publicar un comentario