domingo, 12 de octubre de 2008

ENSEÑAR PARA APRENDER

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"Ser profesor, enseñar, es ciertamente una actividad llena de riesgos, de luces y sombras. Una buena clase, una lección magistral, requiere no menos de inspiración que de una preparación adecuada y depende, además, de un conjunto de factores de enorme fragilidad. Por cientos de horas grises en un aula habrá, quizá, una luminosa. Ésa basta, sin embargo, para redimir ese viejo oficio, el más modesto, el más alto al que podemos aspirar: "Despertar en otros seres humanos poderes, sueños que están más allá de los nuestros; inducir en otros el amor por lo que nosotros amamos; hacer de nuestro presente interior el futuro de ellos: ésta es una triple aventura que no se parece a ninguna otra… Es una satisfacción incomparable ser el servidor, el correo de lo esencial, sabiendo perfectamente que muy pocos pueden ser creadores o descubridores de primera categoría. Hasta en un nivel humilde —el del maestro de escuela—, enseñar, enseñar bien, es ser cómplice de una posibilidad trascendente."




-Pablo Sol Mora comentando el libro de Steiner “Lecciones de los maestros”




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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aventura apasionante e ilusionante la del maestro. Por cien almas que no procesan ni una de sus palabras hay un corazón inquieto que le hace volver a amar la enseñanza.
Besos jardinero
Esther

El jardinero dijo...

Muy bonito querida Esther. Se nota que sabes de lo que hablas. Un beso para tí también.