domingo, 7 de septiembre de 2008

DESDE MÉXICO



Abiertas al viento las faldas,
el domingo las mujeres
se dejan tocar en sus rincones.
¡Qué barrocas por dentro,
qué pródigo el trabajo de Dios en esos huertos!

Conozco el mar en la casa deshabitada del molusco,
también aquí, si es posible que esta hembra lo permita,
se escucha la marea rota contra la cintura de la tarde.

Abiertas se dejan hacer,
rendidas a su propia obscenidad
llevan los días de tormenta
telas de urdimbre ligerísima.

(El cura propone confesión a la más turbia
para leer en sus palabras el futuro).



-Eduardo Vázquez Martín

(Foto de Vlad Gansowsky)




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