La escritora Soledad Puértolas (en la foto) tiene un libro llamado “La vida oculta” que me divirtió y me formó a partes iguales en su momento y del que pienso que debería leerlo a quien le guste escribir.
Voy a transcribir un párrafo en el que habla de un personaje de Tolstoi llamado Buzajov y que aparece en la absolutamente recomendable novela “Guerra y paz”:
“¡Qué protagonista tan desconcertante éste Pierre Buzajov, que se deja arrastrar por las circunstancias, que busca vagamente sin saber lo que quiere, que se duele de sí mismo y de su pasividad y que es esencialmente bueno! Está en las antípodas del intrépido aventurero, del inteligente pensador, de los hombres que cambian el mundo. Pierre observa y duda, y cuando actúa sigue dudando. Desde luego no es el ejemplo del hombre moderno y decidido, de ese hombre que, por muy variadas razones, ha quedado como el modelo de comportamiento masculino. Pierre Buzajov es seguramente, el primero de una estirpe nueva de hombres: los vacilantes, pasivos e indolentes, provistos, a la vez, de una sensibilidad casi artística y de una bondad y profundidad que les hace estar siempre al margen de los embrollos y los juegos del poder. Pierre se equivoca en muchas de las decisiones que toma en su vida, pero lo hace sin maldad, sin crueldad, y a la larga su carácter y sus íntimas aspiraciones, le hacen triunfar sobre lo que de verdad importa: la felicidad”.
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