“En la nueva China
comienza a haber oportunidades de ganar dinero, el propio Deng Xiao Ping ha
afirmado que socialismo no es sinónimo de pobreza y que, como no es posible que
todos se enriquezcan al mismo tiempo, es necesario que algunas personas se
enriquezcan antes que otras. Él, sin duda, está dispuesto a contarse entre los
primeros (…) Si en occidente a algunos nos preocupa la claudicación de la
política frente a la economía, en China este fenómeno se da de forma aún más
brutal (…) Los principios éticos son un estorbo en el mercado.
Es lo malo de los
países con culturas milenarias, que sus gobernantes se sienten más responsables
ante la historia que ante sus ciudadanos: sólo ven el pasado y la proyección
hacia el futuro, y el presente es sólo un momento cargado de molestias”.
-José Ovejero / “China
para hipocondríacos”
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