La cutrez impenitente de las castas políticas y judiciales españolas les ha llevado a ensañarse, ahora, con unos titiriteros para que el mundo sepa cómo se las gastan aquí. El Financial Times –que llevó el caso a portada- y otros medios internacionales lo encuentra “desconcertante” y, desde luego, lo relacionan directamente con las gestiones para formar nuevo gobierno. A la casta se le ven las posaderas al aire apenas se dan la vuelta. El intolerable encarcelamiento durante cinco días, la libertad con medidas cautelares desorbitadas, de unos artistas por un espectáculo de marionetas ha vuelto a situar a todos los personajes y mostrarles con su verdadera faz. Y estos sí salen del escenario: tienen en su mano poder, incluso para desgraciar la vida de cualquiera.
Han vivido siempre de espaldas a la gente. Sin
mirar, ni querer enterarse ni de sus anhelos y preocupaciones, ni de sus
necesidades. Políticos, periodistas, poderes económicos, la casta cerrada de la
justicia que castiga con saña hasta a colegas díscolos.
El 15M también les pilló por sorpresa a los
establecidos. Y así siguieron, de susto en susto, hasta que otra política,
otras personas, irrumpieron por las urnas en las instituciones, como Podemos y
las Mareas de confluencia. Y ahí nos
encontramos, con un Parlamento sin mayorías que no entiende nada. Y con la
casta, o varias de ellas, queriendo repetir los esquemas rechazados, sumidos en
la cólera y la irritación. Siguen sin enterarse de nada.
-Rosa María Artal en EL DIARIO
(Todo el muy recomendable artículo aquí mismo )
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