La fuente de todo poder está dentro de ti mismo. Aunque
las circunstancias externas puedan obstaculizarte ocasionalmente, el verdadero
movimiento viene exclusivamente de tu interior. La fuente está latente en
todos, y cualquiera puede aprender a abrir la llave. Cuando esto sucede, el
poder surge como un pozo resplandeciente a través del centro de tu cuerpo.
Físicamente, te sustentará y nutrirá. Pero también puede
hacer muchas otras cosas. Puede darte regalos que van desde el conocimiento
inusual a la simple tranquilidad. Todo depende de cómo elijas dirigir tus
energías.
No podemos decir que una persona se volverá iluminada
únicamente en virtud de haber abierto esta fuente de poder; la energía es
neutral. El dirigirla requiere experiencia, sabiduría y educación. Puede que
obtengas poder de tus meditaciones, pero es posible que dos personas con el
mismo válido logro lo use para el bien o para el mal. Encontrar la fuente del
poder espiritual es una gran alegría; decidir cómo dirigirlo es la mayor de las responsabilidades.
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