“Lo mejor que podemos
hacer es prepararnos (conocimiento, activismo, exigencia de saber la verdad,
cambio de mentalidades) para lo que venga en este “siglo de la gran prueba”,
cuando la población llegue a los 10.000 millones, las fuentes fósiles de
energía se hayan agotado, las emisiones de gases letales saturen la atmósfera y
la catástrofe medioambiental provoque lo que no hemos querido ni podido evitar.
El Titanic –Reichmann reutiliza el símil-
ya se ha topado con el iceberg, y lo mejor que podemos hacer es aceptar lo
inevitable y organizar el salvamento, sin autoengaños ni mistificaciones; de
eso va el libro. O dicho de otro modo: “No son promesas de un futuro mejor lo
que podemos enunciar sin mentir, sino más bien posibilidades de futuros menos
desastrosos; tenemos que aprender a “colapsar mejor”, incluso a elaborar el
duelo por lo que perdemos, mientras seguimos luchando contra el sistema que
impone la catástrofe, sin optimismo, pero sin desesperanza, lo que no es
imposible. Eliot afirmaba que el fin del mundo no vendría con un estallido,
sino con un susurro: Riechmann nos hace ver que el proceso empezó hace tiempo.
Y nos lo cuenta en este importante y nada complaciente ensayo. No lo lean si
desean seguir bailando en la cubierta del Titanic (en la imagen)
mientras, por ejemplo, Australia se calcina.”
-Manuel Rodríguez
Rivero en Babelia
-------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario