lunes, 18 de agosto de 2014

EL ÚLTIMO (?)


- ¿Quieres saber por qué estoy enamorada de él?

- Estoy impaciente.

- Porque sabe conseguir que me enamore de él.

- Ajá, y quieres que ese hombre al que amas te proteja y cuide de ti.

- Sí.

- Y que ese brillante, dorado y poderoso guerrero te construya una fortaleza en la que puedas refugiarte para no volver a sentirte sola ni encontrarte nunca vacía. ¿Es eso lo que quieres, no? ¿Verdad?

- Sí.

- Pues nunca lo encontrarás.

- Pero si ya he encontrado a ese hombre.

- Bueno, entonces no tardará mucho en pedirte que seas tú la que construya una fortaleza con la ayuda de tus pezones, tu pelo, de tu sonrisa, tu olor, y buscará un lugar en el que se sienta lo suficientemente cómodo y lo suficientemente seguro para poder adorar su propio aguijón.

- Yo ya he encontrado a ese hombre.

- No, no, estás sola. Tú estás sola y no serás capaz de liberarte de ese sentimiento de soledad hasta que mires a la Muerte de frente. Ah, pero eso suena a romanticismo de mierda. Hasta que no vayas al culo, directamente al culo, a las mismas entrañas del miedo. Y entonces es posible, es posible que seas capaz de encontrar a ese hombre.


- Pero si ya lo he encontrado, eres tú. Tú eres ese hombre.




-Bertolucci / El último tango en París





---------------------------------------------------------

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ingenuas y ciegas.
A.Z

El jardinero dijo...

Tanto como ellos. El repugnante instinto de reproducción nos hace elaborar complicadas estrategias para cumplir el imperativo genético mintiendo cuanto haga falta unos, y creyéndose lo increíble otras. Es el peripatético teatrillo de la jodienda.

Nadie nace sabiendo pero sí con un aguijoncito tiránico o una rajita hambrienta de parir.

--------------