jueves, 25 de noviembre de 2010

ELECCIONES GENERALES


¿Por qué no reducimos las campañas electorales a la publicación de los distintos programas de los partidos, y acabamos así con el obsceno despilfarro (con dinero de todos) de carteles, mítines, programas de televisión en los que solo se busca ser el más gracioso, ocurrente, o en tener el mejor corte de pelo? ¿No sería, además, una forma más justa de competir, sobre todo si tenemos en cuenta que los mercados, perdón, las grandes empresas, perdón, los grandes partidos son los que obtienen mayor crédito para de forma impúdica tratar como subnormales a esos ciudadanos cada vez más embrutecidos por el efecto de la imagen y del (inútil) ruido mediático.


Luis Ibáñez Cepeda




Ilustración de EL ROTO

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