Noam Chomsky explica en su último libro "Armas silenciosas para guerras tranquilas" las estrategias de manipulación mediática que usa el poder para mantener el control sobre la población. Las resume en un decálogo inquietante en cuanto comparamos sus puntos con la realidad social que estamos padeciendo.
Chomsky desarrolla su teoría de la distracción. Esa habilidad de desviar la atención del público sobre los verdaderos problemas para centrarla en otros creados o ficticios. Es lo que está sucediendo con la alarma lanzada contra los inmigrantes.
Pero el autor va más allá. Nos habla de la estrategia “problema-reacción-solución”, que consiste en crear un problema para obtener una reacción predeterminada y aplicar entonces la solución planeada de antemano. Un ejemplo podría ser inventarse una crisis económica para justificar así las draconianas medidas que luego se ofrecerían para poder remontarla. ¿Les suena de algo?
Pero entre todo lo que dice el filósofo, lo más escalofriante es su minuciosa descripción de la idiotización de las masas a través de los medios. Hay que promover unos modelos que sublimen la vulgaridad y la incultura, no vaya a ser que nos dé por pensar y les reventemos el negocio. Porque, como nos cuenta Chomsky, nos conocen mejor que nosotros mismos y emplean ese conocimiento para diseñar sus silenciosas armas. Armas de destrucción masiva que no dejan cadáveres a la vista pero que aniquilan cualquier germen de rebelión en nuestras almas.
-Ana Cuevas Pascual en PÚBLICO
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1 comentario:
Claro. Por eso se ha producido el amago de atentado de los aviones estos días, para condicionar el voto del miedo en Norteamérica. Esto lleva a la gente a refugiarse en la derecha militarista en una espiral paranoica.
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