sábado, 3 de julio de 2010

HIPÓCRITAS UNA Y OTRA VEZ


"Millonario o muerto" era lo que se predicaba de los jueces colombianos que se ocupaban del narcotráfico (..) el dicho bien podría aplicarse al conjunto de los países latinoamericanos. El ejemplo de México es claro: libra una batalla militar que está perdiendo con un horroroso saldo de muertos y sin que aminore el tráfico o bajen los precios. Por aquellas tierras, el Estado de derecho arriesga ser sustituido por el Estado del narcotráfico. Y todo en aras de un principio que no se sostiene y que querría sacrificarlo todo a la salvación sanitaria y moral de unos cuantos miles de idiotas que consumen droga. Y que además, hoy no tienen problema para acceder a ella. El tabaco es adictivo y mata pero se vende libremente. El alcohol estultifica y mata pero se vende libremente. ¿Por qué no la droga? En vez de las metralletas que no resuelven el asunto ni de lejos, una estrategia de legalización tendría la virtud inmediata de acabar con las mafias, con los muertos, con la corrupción, con el crimen organizado. Todo se derrumbaría como un castillo de naipes. Por no hablar de los beneficios de la fiscalidad o del consumo de droga barata y de garantías.

Claro que seguiría habiendo drogadictos, pero sin los horribles efectos colaterales. Y luego podría aplicarse a los que se drogan la misma política de deslegitimación y de demostración de efectos perversos sobre la salud que se utiliza con el tabaco. Como se dice hoy día, es horrible pero es lo que hay.



-Fernando Schwartz en El País





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