sábado, 8 de mayo de 2010

JOYAS DE MUJER


Desde aquel momento, sin embargo Lilith se obsesionó con la idea de que debía haber formas de excitarse artificialmente. Probó todos los métodos de que oyó hablar. Se bebió tazones de chocolate con gran cantidad de vainilla. Comió cebollas. El alcohol no la afectó en la misma medida que a otras personas, porque se mantenía siempre en guardia. No podía olvidarse de sí misma.

Oyó hablar de unas bolitas que se usaban como afrodisíaco en la India. Pero ¿cómo conseguirlas? ¿Dónde pedirlas? Las hindúes se las insertaban en la vagina. Estaban hechas de algún tipo de goma suave, con una superficie fina, semejante a la piel. Al ser introducidas en el sexo, se amoldaban a la forma de éste y se movían a la vez que la mujer, adaptándose sensiblemente a todos los movimientos de los músculos y provocando una excitación mucho más intensa que la del pene o del dedo. A Lilith le hubiera gustado encontrar esas bolas y llevarlas dentro día y noche.



-Anaïs Nin




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