sábado, 13 de febrero de 2010

EL APEGO



Tenemos apego cuando nos volvemos dependientes de una persona, de un evento, de una circunstancia, inclusive de una religión como una muleta exterior, no como un punto de apoyo interior.
Esta muleta nos hace perder poder porque nos hace perder el punto de apoyo interior y este es autonomía. La autonomía es la condición del alma, del contacto de la personalidad con el alma y solamente cuando seamos autónomos, nos aceptemos, nos reconozcamos, tengamos autonomía interior y seamos nosotros mismos, entonces el alma podrá anclarse en nuestro vehículo corporal. El apego no solo es la dependencia de otro, el apego es la dependencia de un sentimiento.
Si nuestra relación es de apego, cuanto más cerca del otro estemos, más lejanas están nuestras almas y más prisioneros somos el uno del otro. Una relación es de apego si produce sufrimiento; no hay sufrimiento si no hay apego. Tú puedes irte o quedarte; pero si yo sufro es porque estoy apegado y si estoy apegado a ti es porque estoy inseguro de mí, porque necesito un punto de apoyo exterior. De tal manera que la mejor manera de unirse es liberarse, porque aquellas cosas a las que yo me apego son inseguridades y vacíos interiores que tengo, de manera que te estoy utilizando en la relación como un instrumento para compensar mis carencias, y una relación, llamémosle sana, no es esto sino que debe ser un instrumento de liberación mutuo.
Si yo te necesito a ti para llenar mis vacíos, pobre de ti y de mí, porque te voy a atrapar en la prisión de mi vacío y si tú me necesitas para compensar tus vacíos, en la relación no me vas a dar más que tus carencias, tus sombras y tus miedos descontrolados y no aquello que traes para regalarle al mundo desde tu propio corazón.



-Betty´s data base.




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