lunes, 8 de febrero de 2010

ALLÁ VAMOS


El 80% de los recursos naturales fósiles se destina al consumo frenético del 20% de la población mundial, que estruja las últimas gotas que brotan de las fuentes de energía. Necesidades fabricadas, crecientes y frustradas han engendrado consumidores soldado que obedecen sin pestañar a los imperativos de la publicidad. El número de centrales nucleares y la cantidad de sus letales desechos se incrementarán incluso con un crecimiento cero en los actuales niveles de vida de los ricos. No hay recurso energético que pueda sostenerlo.
Hay que mentalizarse de que, o renunciamos al despilfarro cotidiano y buscamos modelos de vida sencilla y más acorde a nuestras posibilidades, o seguimos, como el avestruz, ignorando que garantizar los actuales patrones de movilidad, vivienda, alimentación y ocio de una minoría supone agresiones militares, hambrunas, migraciones en masa y la destrucción de millones de seres vivos y ecosistemas enteros.
La escasez de energías viables nos conducirá hacia una economía de guerra, de racionamiento de combustibles, de agua y de luz a menos que planeemos un decrecimiento en el consumo a nivel colectivo e individual, desligando el poder adquisitivo del bienestar. Y a falta de un sincero espíritu autorregulador esto último lo tenemos encima nos guste o no.




-Sobre un artículo de Nazanín Amirian




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