lunes, 5 de octubre de 2009

TEOREMA III


El lenguaje es una piel. Yo froto mi lenguaje contra el otro. Mi lenguaje tiembla de deseo. La emoción proviene de un doble contacto: por una parte, toda una actividad discursiva viene a realzar discretamente, indirectamente, un significado único, que es "yo te deseo", y lo libera, lo alimenta, lo ramifica, lo hace estallar (el lenguaje goza tocándose a sí mismo); por otra parte, envuelvo al otro en mis palabras, lo acaricio, lo mimo, converso acerca de estos mimos, me desvivo por hacer durar el comentario al que someto la relación.
Hablar amorosamente es desvivirse sin término, sin crisis; es practicar una relación sin orgasmo.




-Roland Barthes / Fragmentos de un discurso amoroso




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3 comentarios:

Isolda Wagner dijo...

Me cuesta mucho callarme y debo reconocer que es un teorema precioso y muy cierto, jardinero.
Besos

Luna Roja dijo...

Si, de acuerdo con Isolda, precioso y cierto.
Otra preciosa flor que traes a tu jardín.

Anónimo dijo...

Hay palabras que acarician, envuelven y hacen feliz al que las escucha, y cada vez dejan menos pozo de dolor. Esas son el regalo del día.
S