martes, 29 de septiembre de 2009

DE UN TAL OSHO


La felicidad ocurre sin más.

No es algo que pueda controlarse, ni fabricar, ni disponer.

La felicidad siempre nos acompaña.

No tiene nada que ver con el tiempo que haga,

se trata simplemente de un cierto estado de armonía

entre nuestro ser y la existencia.

Y está ahí,

no va y viene.

Siempre está ahí

como nuestra respiración,

como el latido del corazón,

como la sangre que fluye por todo el cuerpo.





(Pintura "Paramour" de Anwen Keeling)
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2 comentarios:

Isolda Wagner dijo...

...se trata simplemente de un cierto estado de armonía entre nuestro ser y la existencia...

De acuerdo en todo, ya sabes que me gusta más lo que escribe el jardinero que las máximas de Confucio.

Besos que mantengan ese estado de armonía esencial.

El jardinero dijo...

Gracias por tu generosidad. Persisto obstinado en la actitud de sembrar de citas el Jardín ante la clara conciencia de que el talento queda bastante lejos de mi estructura neuronal y porque constato que mis pulsiones culturales encuentran mejor acomodo en lo ya dicho por otros seres humanos de contrastada solvencia intelectual que con el tarareo ampuloso de mi cerebro. En esta ocasión echo mano de nuevo del controvertido Osho porque me siento cerca de lo que dice.