Un hombre iba caminando con dificultad por la orilla de un río. Observó que por la orilla opuesta se andaba más cómodamente pero no podía cruzar al otro lado por falta de un puente. Reunió algunas cañas, construyó una balsa y acto seguido atravesó el curso de agua. Una vez llegado a la otra orilla, no fue capaz de decidirse a abandonar su embarcación. La cargó sobre sus espaldas y reanudó su avance, que se volvió mucho más lento y penoso que antes de cambiar de orilla.
En un momento dado, es conveniente abandonar las viejas cosas que nos han llevado hasta el lugar en el que estamos. Es el momento de poner orden, el momento de decirse:
“¿Cuales son las deudas que tengo aún hoy? ¿A quien he ofendido? ¿A quien he robado? ¿A cuantos hijos he abandonado? ¿He perdonado a mis padres?”
Para poder acceder a un nuevo estado, es preciso hacer balance y poner todo el pasivo al día.
A partir del momento en que pagas, puedes dar por muerta una personalidad determinada y pasar a otra sin tener que cargar con la balsa de las deudas a tus espaldas.
-Alejandro Jodorowsky
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