viernes, 17 de abril de 2009

ÍNTIMO REGOCIJO


“En cuanto sienta que se aproxima mi fin, me refugiaré como una bestia en la maleza más tupida, donde nadie pueda seguirme. Ahí esperaré la sabiduría infinita con gran devoción y reverencia y volveré, en paz y con tranquilidad, a la gran unidad de la que surgí al nacer. Daré las gracias a los dioses si tienen a bien saciar con mi cadáver el hambre de zopilotes famélicos y perros abandonados para que no quede ni un huesito blanco”



-B. Traven




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1 comentario:

Anónimo dijo...

Este texto me recuerda al final de El perfume de Atkins: el protagonista muere devorado por la gente gracias a su creación perfumística, justo como el quería.
Besos jardinero
Esther