sábado, 6 de octubre de 2007

PARA QUIEN LO QUIERA


No estés deprimida, distráete.
Distráete con la vida que te puebla, distráete con la vida que te rodea:
delfines, bosques, mares, montañas, ríos.
Yo lo paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer y
gracias a la soledad me conozco...... algo fundamental para vivir.
No caigas en lo que cayeron nuestros padres, que se sienten viejos porque
tienen 70 años, olvidando que Moisés dirigía el Éxodo a los 80 y Rubinstein
interpretaba como nadie a Chopin a los 90, sólo por citar dos casos
conocidos.

No estés deprimida, distráete.
Si crees que perdiste algo es imposible, porque todo te
fue dado. No hiciste ni un solo pelo de tu cabeza, por lo tanto no
puedes ser dueño de nada.
Además, la vida no te quita cosas: te libera de cosas... te alivia
para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la
tumba es una escuela; por eso, lo que llamas problemas, son lecciones.

No perdiste a nadie:
El que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos
todos. Además, lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón.

¿Quién podría decir que Jesús está muerto?
No hay muerte... hay mudanza.

Y del otro lado te espera gente maravillosa:
Gandhi, Miguel Ángel, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa tu
abuela y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque
el dinero nos distrae con demasiadas cosas y nos aleja, porque nos hace
desconfiados.

Haz sólo lo que amas y serás feliz.
El que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que
llegará cuando deba llegar. Porque lo que debe ser será y llegará
naturalmente.

No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor.
Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible y sin
esfuerzo, porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me
levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo
vivo cuando los médicos me diagnosticaban 3 o 4 meses de vida.

Dios te puso un ser humano a tu cargo y eres tú misma.
A ti debes hacerte libre y feliz. Después podrás compartir la vida
verdadera con los demás. Recuerda a Jesús: "Amarás al prójimo como a ti
mismo".
Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura
que estás viendo es obra de Dios y decide ahora mismo ser feliz, porque
la felicidad es una adquisición.
Además, la felicidad no es un derecho, sino un deber; porque si no
eres feliz, estás amargando a todo el barrio. Un solo hombre que no tuvo
ni talento ni valor para vivir, mandó matar a seis millones de hermanos
judíos.

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto,
que sufrir es una pérdida de tiempo.
Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera,
el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el
vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileños, Las Mil
y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros
de Manzanero y las poesías de Whitman; la música de Mahler, Mozart, Chopin,
Beethoven; las pinturas de Caravaggio, Rembrandt, Velázquez, Picasso y
Tamayo, entre tantas maravillas.
Y si tienes cáncer o SIDA, pueden pasar dos cosas y las dos son
buenas: si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto (tengo
hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas)... y
si le ganas, serás más humilde, más agradecido... por lo tanto, fácilmente
feliz, libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad y la
vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente, como debe ser.

No estás deprimida, estas desocupada.
Ayuda al niño que te necesita, ese niño que sera socio de tu hijo.
Ayuda a los viejos y los jóvenes: te ayudarán cuando lo seas tú.
Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar a la
naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te
darán sin medida.

Ama hasta convertirte en lo amado; más aún, hasta convertirte en el
mismísimo Amor.

Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas.
El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso.
Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que
destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida.

Vale la pena, ¿verdad?.




Por: FACUNDO CABRAL





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2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bonito , pero no me ayuda. no creo en nada ni en nadie. solo hay una personita que me obliga a seguir.

El jardinero dijo...

mi más sentido pésame.