jueves, 12 de mayo de 2022

DROGAS MENTALES

 


   “El mundo producido por los medios de comunicación de masas es una esfera pública solo en apariencia”. En la medioscracia, también la política se somete a la lógica de los medios de masas. La diversión determina la transmisión de los contenidos políticos y socava la racionalidad. En su obra Divertirse hasta morir, Neil Postman, teórico estadounidense de los medios de comunicación, muestra de qué manera el infoentretenimiento conduce al declive del juicio humano y sume a la democracia en una crisis. La democracia se convierte en telecracia. El entretenimiento es el mandamiento supremo, al que también se somete la política: “El esfuerzo del conocimiento y la percepción se sustituye por el negocio de la distracción. La consecuencia es una rápida decadencia del juicio humano. Hay una amenaza inequívoca en ella: hace al público inmaduro o lo mantiene en la inmadurez. Y toca la base social de la democracia. Nos divertimos hasta morir”.

La distinción entre ficción y realidad se torna difusa. (...)


-Byung-chul Han, filósofo

 



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