sábado, 12 de agosto de 2017

PONZOÑA CULTURAL




     A veces un minuto de silencio para expresar el dolor por las víctimas se queda corto, muy corto. El feminicidio es como la corrupción en el PP: una interminable sucesión de casos aislados.

El machismo es una ideología, un substrato de la cultura patriarcal dominante, tan rancio, tan incrustado en nuestra sociedad que ni siquiera nos damos cuenta de su presencia. El machismo viene avalado por milenios de tradición, por costumbres de mierda, por obras de arte excelsas, por libros religiosos y epopeyas fundacionales.

Según la Biblia, fue Eva quien nos jodió el chollo del Jardín Terrenal, una criatura que estaba construida con una costilla de Adán, una hembra reciclada, hecha con sobras del macho, a la que le dio por escuchar a la serpiente. Desde entonces, las mujeres han estado siempre relegadas a un papel secundario, simples esclavas domésticas que de vez en cuando -Safo, Hipatia de Alejandría, Teresa de Jesús, Mary Shelley, Marie Curie- hacían una excepción y se saltaban la regla. De ahí que, cuando en el ámbito doméstico, golpean y asesinan a una mujer, sea en el país que sea, el golpe viene avalado por una inercia milenaria de machismo criminal, certificado por siglos de tradición patriarcal y de porquerías religiosas.



-David Torres











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