La modernidad líquida sería aquel periodo de la
historia en el que se iban a dejar atrás los temores que dominaron la vida del
pasado, y los ciudadanos se iban a hacer con el control de sus vidas. No ha
sido así:
Se vuelve a vivir una época de miedo en la que al
temor a los desastres naturales o a las catástrofes medioambientales se une el
pánico al terrorismo indiscriminado y a los poderes fácticos económicos.
Nos rendimos al complejo de Titanic (Jacques
Attali): el Titanic somos nosotros, es nuestra sociedad triunfalista; todos
suponemos que, oculto en algún recoveco del futuro, nos aguarda un iceberg
contra el que colisionaremos y hará que nos hundamos al son de un espectacular
acompañamiento musical. El sabio Bauman (en la foto) lo repetía cada vez que intervenía en algún acto cultural.
-Joaquín Estefanía
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