Pensaba hace poco, hurgando entre la cacharrería que arrastra
uno por la vida de casa en casa, prometiéndote cada vez que tropiezas con los
mil objetos inútiles envueltos en jirones de borrosos recuerdos, que tienes que
tirar todo aquello cualquier día que nunca llega.
Al final, en mi caso como solterón irredento que nunca probó la agridulce cautividad matrimonial, será el subastero quien liquide toda la chatarra emocional al peso. Y todo el lastre acumulado en cincuenta o sesenta años de peregrinar conmigo, regresará indiferente a la Ley Suprema del Universo: contracción, expansión, reunión y dispersión.
Al final, en mi caso como solterón irredento que nunca probó la agridulce cautividad matrimonial, será el subastero quien liquide toda la chatarra emocional al peso. Y todo el lastre acumulado en cincuenta o sesenta años de peregrinar conmigo, regresará indiferente a la Ley Suprema del Universo: contracción, expansión, reunión y dispersión.
-S.P.
(Foto NASA)
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