lunes, 30 de abril de 2012

ORIENTACIONES NECESARIAS

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En 2010 Marc Fumaroli publicó un ensayo, "París-Nueva York-París". Viaje al mundo de las artes y de las imágenes (Acantilado), en el que anticipaba algunas de las ideas que han alimentado el nuevo ensayo de Mario Vargas Llosa sobre la banalización de la cultura y en el que arremetía contra la democratización del arte, entendida como la igualdad entre el David de Miguel Ángel y la sopa Campbell de Warhol. No hace falta añadir que este último le parecía un decorador de escaparates venido a más. Cree que primero fueron los americanos, y ahora los nuevos ricos los que, talonario mediante, deciden dónde hay un artista. Y planeando sobre este mundillo hay una gran diosa perversa: "La publicidad se apropia de los individuos antes de que la familia o la escuela puedan intervenir. La posibilidad de distanciarse se hace cada vez más difícil, pero la persona cultivada es alguien que se escapa a ese mundo de espectáculo y publicidad".

Fumaroli siempre ha sostenido que el Estado debería quitar sus sucias manos del dirigismo cultural y sus glorificaciones interesadas, y volver la mirada a los dos pilares donde se funda la conciencia colectiva en la sociedad moderna: la educación y la televisión, en toda su amplitud tecnológica. Los lugares donde los jóvenes reciben la formación en horas diarias de exposición, donde se asienta la cultura de verdad, con c minúscula.



-De EL PAÍS 



(En la imagen monsieur Fumaroli por John Dubrow)

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