sábado, 19 de mayo de 2012

DECADENCIA

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Empolvada concubina vestida con ricas sedas.
Pies vendados, cuerpo blando, labios flojos.
Mira los lotos a través de sus binoculares.
Una libélula se posa en su inmóvil abanico.

¿Cómo saber cuando tu propia vida raya en la decadencia?

Ciertamente cuando la fuerza de las formas pasa a ser más importante que la fuerza de la sustancia. Cuando la etiqueta y la moral se vuelven más importantes que la comprensión y la rectitud. Cuando los procedimientos se vuelven más importantes que la creatividad. Cuando la gratificación de tu codicia se hace más importante que el dar a los demás. Cuando la acción de comer se torna más importante que las consideraciones de nutrición.  Cuando el propio confort se vuelve más importante que el sufrimiento de los seres queridos. Cuando la ambición pasa a ser más importante que la benevolencia. Cuando el prestigio se torna más importante que la caridad. Cuando la expresión ruidosa se vuelve más importante que escuchar a los demás. Cuando ser un entendido se vuelve más importante que la simplicidad de los propios actos. Cuando la forma se vuelve más importante que la función. Cuando la propia conveniencia se vuelve más importante que los ancianos. 


-Meditaciones taoístas




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