A Giacomo Puccini cualquier acto social le
alteraba, como él mismo reconocía: “Una invitación a cenar me pone enfermo una
semana, no he nacido para esta vida de salones y fiestas”. En más de una
ocasión tuvieron que sacarlo, horrorizado, de una recepción dada en su honor (…)
En otro momento llegó a preguntarle al libretista
Giuseppe Adami:
“¿Cree usted que he sido feliz? Siempre llevo
conmigo una gran dosis de melancolía. Es cierto que no tengo ningún motivo para
ello, pero soy así, y así son muchos de los hombres que poseen corazón y rechazan
la más mínima frivolidad” (…)
Él mismo escribía: “Mi soledad es ilimitada, como
el mar; lisa, como la superficie de un lago; negra, como la noche; y verde,
como la bilis”.
- Fernando Argenta / “Los clásicos también pecan”
-------------------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario