“¿Por qué los médicos trabajan de médicos y no de
carpinteros?. Distintos estudios en el campo psicológico parecen acreditar la hipótesis
de que muchas personas que desarrollan profesiones de ayuda (en el campo de la
salud y de los servicios sociales) posiblemente padecieron en la infancia una
fuerte sensación de impotencia. Tener un padre afectado por algún malestar
físico o psíquico del que el hijo sienta de alguna manera que tiene que hacerse
cargo (sin disponer de ningún instrumento para lograrlo) hace aumentar las
posibilidades de que, una vez es adulto, el niño elija convertirse en psicólogo,
enfermero, asistente social o médico. La fantasía de poder rescatar el sentimiento
de impotencia vivido en la infancia se transforma así en el motor emocional que
impulsa a tantas personas a afrontar
competencias y responsabilidades no necesariamente apetecibles.
Desgraciadamente,
ofrecer ayuda a los demás no es más que un falso antídoto al miedo de la propia
impotencia, que, cuanto más parece que funciona el juego, más permanece en la
zona de sombra de la personalidad”.
-Jader Tolja y Francesca Especiani / “Pensar con el
cuerpo”
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