No me extraña que Stéphane Hessel haya pasado de indignarse a pedir el voto para el PSOE, viendo que la rabia se ha traducido en un aumento de la abstención y el voto en blanco para mayor gloria del Partido Popular en las últimas elecciones. Lo que nos jugamos ahora no es la victoria del PP sino su mayoría absoluta, con todas las consecuencias que va a traer esto.
De esta forma el resultado más palpable de la indignación va a ser una aplastante victoria del PP. Será curioso ver cómo nos enfrentaremos entonces al Gobierno, porque el 15-M sigue sin darse cuenta de que no es que el movimiento sea pacífico, sino que el PSOE ha tragado con ruedas de molino para no perder los pocos votos que le quedan. Han sido el Gobierno, su Delegación y la policía quienes han decidido si las manifestaciones son pacíficas o violentas, no los manifestantes.
Con el PP esto va a cambiar, para alivio de los sindicatos policiales. Vayamos pues al matadero. PSOE y PP son lo mismo y todo eso, pero habrá que entrenarse, que el próximo 20-N volverá a ser, como siempre, la fiesta de la extrema derecha. Vamos despacio porque vamos lejos, pero sepamos lo que viene, porque representarnos no lo harán, pero no van a renunciar a reprimirnos.
-Manuel Montañés - Madrid
--------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario