“Algunos bares ofrecían
mamadas a los clientes. Quedaban aún uno o dos salones rosas, donde, por tres mil
yenes (unos treinta dólares), podías entrar y pedir una taza de café, y,
mientras te la tomabas, una empleada te desabrochaba los pantalones, te lavaba
el pene con una toalla caliente y luego procedía a hacerte una felación”.
-Jake Aldestein / “Tokio
Vice”
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3 comentarios:
Ajá, y yo juro que lo voy a leer... y disfrutar.
Un abrazo.
Deseo que te guste. Yo te insistiría que te informases del libro que te recomendé en otro post de Chantal Maillard.
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Si, tengo los dos. Son buenísimas, gracias.
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