“Se han vivido
desgracias mayores que las nuestras. Unos morían en terrible soledad hace un
año en las residencias de ancianos. Otros siguen enfermando ahora asfixiados
por una doble neumonía en las salas de cuidados intensivos de los hospitales, a
pesar de la distracción informativa y la frivolidad inexcusable de buena parte
de la ciudadanía. No es difícil de recordar: todos tienen nombre, y algunos son
conocidos, amigos, parientes nuestros, no viejos, sino hombres en su mejor
momento alejados de la normalidad, en gran medida irresponsable, que impera en
las terrazas y en los concurridos bares interiores y restaurantes. Mientras
sufren y temen ahogarse y morir, y los sanitarios agotados se esfuerzan por
salvarlos, arrecia el estrépito miserable de la bronca política española. Abrir
el periódico o escuchar la radio lo se sumerge a uno de golpe en la desolación
y la vergüenza sin la menor necesidad de bajar a las cloacas de las redes
sociales”.
-Antonio Muñoz Molina
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