domingo, 15 de julio de 2018

PACIENCIA




La gente siempre pregunta cómo seguir el Tao. Es tan fácil y natural como la garza parada en el agua. El ave se mueve cuando debe; no se mueve cuando la quietud es lo apropiado.

El secreto de su serenidad es un tipo de vigilancia, un estado contemplativo. La garza no está en mero atontamiento o dormida. Conoce una quietud lúcida. Se para inmóvil en la corriente del agua. Imperturbable, mira fijamente y está consciente. Cuando el Tao le trae algo que necesita, aprovecha la oportunidad sin vacilar o deliberar. Luego vuelve a su inactividad sin perturbarse a sí misma o a sus alrededores. De no haber encontrado la posición correcta en la corriente de agua y permanecido paciente, no habría tenido éxito.

Cuando en la vida se presenta una oportunidad debemos estar listos para aprovecharla sin vacilación o inhibición. La propia posición es inútil sin conciencia. Si tenemos ambos, no cometeremos errores.



-M.T.






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