La travesía del sol nos lleva a una nueva estación,
El Tao está aquí. Somos nosotros los que no siempre
estamos en armonía con él.
El Tao prosigue su propio camino. Somos nosotros
los que no estamos listos para seguirlo.
El Tao es absolutamente seguro en su movimiento.
Somos nosotros los que estamos absortos en distracciones.
El Tao no tiene conciencia, sin embargo es supremo.
Somos nosotros los que pensamos compulsivamente.
Cuando el sol comienza su nueva pauta, un nuevo
aliento llega sobre todas las cosas. Incluso las temblorosas hojas están
sintonizadas al ritmo otoñal. Vuelve tu cara hacia el sol, como lo saben hacer
las flores. Vuelve tu rostro hacia el Tao, como deberíamos hacer todos.
-M.T.
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