miércoles, 25 de noviembre de 2015

TRASH


En los últimos meses, demasiados deportistas han protagonizado las páginas de sucesos sin provocar alarma social. Patadas en carrera, participación en extorsiones, tráfico de drogas, engaño tributario; cuando un magma delincuencial así se concentra en el ámbito político, llega la encuesta del CIS y le dice a los españoles que les preocupa más la corrupción de los gobernantes que el paro y el terrorismo. Si no fuera un estamento muy protegido, mimado por los medios de comunicación que exprimen su esencia de espectáculo y catarsis, los escándalos de la FIFA, la compra de designaciones olímpicas y mundialistas o el impulso al dopaje en el atletismo ruso habrían generado una revisión generalizada del estado del deporte profesional. Pero como además persiste una identificación de negocio deportivo y patria, nadie quiere arrancar la investigación desde el ojo propio, porque prefiere un país ciego pero contento y apasionado que esa otra cosa frustrante y deprimente llamada verdad.




-David Trueba







-------------------------------------------

No hay comentarios: